Brunilda. (Canta) —
Yo albergo
los más sagrados frutos:
la pena, la muerte, el dolor.
Alumbraré
lo que asustada cobijo:
Disuasorios terrores.
Conozco el miedo
y la verdad:
Nadie conserva
la espada de Siegmund,
nadie la ha forjado.
No existe el este,
no existe el bosque.
Fafner nunca,
nunca, nunca, nunca
llevó a ningún lugar
el no tesoro de los nibelungos.
(Brunilda se suicida)
María Callas. —De haberme dado el papel nada de esto hubiera sucedido.
Lloyd Weber. —Usted no era lo suficientemente venida ni lo suficientemente a menos. Entienda, al público le agrada la miseria.
María Callas. —Ellos se lo pierden.
(Callas huye a otra galaxia con Aristóteles Onassis en un yate de casco agrietado. Hiroshima es bombardeada. Dios bosteza y se pone a jugar a los dados con el universo. Se suicida. Einstein formula su famosa teoría. Mozart clama por atención. Oscurece.)
(Se ilumina el escenario)
Nietzsche. —Dios ha muerto.
Hegel. —¡Criminal! ¡Me ha plagiado! Llamaré a mi abogado.
Jimmy Carter. —Caballeros, creo que podemos llegar a una solución amigable, ¿les gustaría acompañarme a Camp David?
Hegel. —¿Iremos en avión? Nunca me he montado en uno.
Jimmy Carter. — En el Air Force One, con asientos reclinables y bocadillos de caviar de importación.
Nietzsche. —Oh, las maravillas del progreso.
Mozart. (impetuosamente) —¡Exijo me presten atención! ¡No me ignoren! ¡Soy un niño prodigio!
(Nietzsche apuñala a Mozart. Jimmy Carter y Hegel hacen lo mismo)
Mozart. —¿También tu, Bruto?
Bruto. —Ellos empezaron.
Nietzsche. —Según la biblia todo comenzó con la creación...
(Una turba enardecidad irrumpe en el lugar)
Turba enardecida. —¡Queremos que se nos dé una explicación! ¿Por que mataron a Mozart? ¡Que se nos explique!
Jimmy Carter. —¡Amigos, romanos, compatriotas americanos, prestadme atención! Oídme defender nuestra causa y guardad silencio: El corazón tiene razones que la razón desconoce y la razón tiene razones que el corazón finge desconocer por terquedad o por desquite. Vosotros sois seres irracionales, en consecuencia nunca llegaréis a entender las razones del corazón que la razón desconoce ni las razones de la razón que el corazón finge desconocer. Por tanto, puesto que no entendéis las razones del corazón y las razones de la razón, que a su vez se desconocen reciprocamente, tampoco entendéreis las razones que nos impulsaron a matar a Mozart. Regresad a casa, dormid y consentiros con el sueño erótico que os agrade.
Sócrates.— Es una explicación absurda.
Turba enardecida. —¡A por Jimmy!
Jimmy Carter. —Toleradme, mi corazón esta ahí, en esa fosa común, con Mozart, y he de detenerme hasta que torne a mí... o hasta las próximas elecciones.
Turba enardecida. —¡Que se nos explique!
Nietzsche. (con aire de catedrático de Harvard) —Mozart reunía la insoportable condición de niño prodigio, músico aclamado y austríaco. Su asesinato era inminente.
Hegel. —También era masón.
Papisa Juana. —¿Lo excomulgo?
Hegel. —¿Después de muerto?
Papisa Juana. —Claro, excomunión post mortem. El catolicismo está a la vanguardia.
Jimmy Carter. —Proceda.
(Los bigotes de Salvador Dalí adquieren rigidez erótica mientras observa como la turba enardecida secuestra y arrastra por las calles a la Papisa Juana antes de que esta consumara la excomunión. Einstein gana el premio nobel. Katherine Hepburn intenta lobotomizar a Elizabeth Taylor con la ayuda de Montgomery Clift, pero este se arrepiente en el minuto previo al big bang. Sócrates está al borde de la desintegración neuronal. La turba enardecida planea tomar La Bastilla)
Sócrates.—No lo soporto más. Reniego de su raza. No quise nacer entre ustedes.
Jimmy Carter. —La negación, la queja y la angustia existencial ahora son propiedades del estado. A la cárcel.
Sócrates. —Me resigno.
Jimmy Carter. —Cállese.
Katherine Hepburn. —A los occidentales nos sobra racionalismo.
Hegel. —Nos falta.
Nietzsche. (durante un acceso de demencia sifilítica) —Toto, me parece que ya no estamos en Kansas.
Jimmy Carter. —No importa, todos los caminos conducen a Baltimore.
(Jimmy Carter suspende las garantías constitucionales para controlar a la turba enardecida, ordena ejecutar a 600 sans culottes y condena a Sócrates a beber la cicuta)
Sócrates. —Critón, le debemos un gallo a Asclepio, pagad la deuda, no lo olvidéis.
TELÓN
9 comentarios:
mas que una farsa, yo diria que es una espeluznante analogia con la historia universal; jimy carter mandando a ejecutar sans culottes y nieztsche rezongando de las habilidades musicales de mozart...
inceriblemente genial!
muy interesante.
muy bueno.
te sigo.
La verdad es que saldría muy caro eso de representarla, con tanta superstar!!!!! :D
Muy bueno...
¿Qué tal sigues?
Yo bien, por aquí, en mi desierto...
sea cual sea la verdad... siempre será un misterio sin resolver
noooooooooooooooooo!!!!!
abrazotes wuapo
excomunión post mortem. El catolicismo está a la vanguardia.
Dios mio! a ti te van a excomulgar!
ni me imagino mi profesor de derecho canonico si leyese algo asi!!!
Increible como nos tienes acostumbrados
Saludos!
La verdad muy interesante tu blog! Me gustaron varias cosas (leer El Capital para que en la cadena de valores sentimentales terminar en melancolía es una genialidad jaja) y esta "obra teatral" me hizo reir mucho. Un saludo! Cuando puedas pasate por alguienqueandaporalli.blogspot.com
Una compleja catarsis intelectual.
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