la libertad, refuté, es cerrar el puño con fuerza frente al desfile del emperador hasta que brote sangre
libertad, intervino alguien más, es pintar las vocales como lo hizo rimbaud:
A negra
E blanca
I roja
U verdeO azul
Libertad, dijo un viejo, afamado catedrático de Yale, no radica en pintar las vocales; después de todo, A negra no conduce a nada, ni a la muerte, ni a la embriaguez religiosa. Libertad es taparse la boca para no escuchar la macabra ambiguedad de la voz de Farinelli (el último de los castrati) o simplemente escapar a los estados menos meridionales de la galaxia para hacer la revolución.
¡No!, gritó la muchacha loca inventada por Yeats, la libertad es eso y alguna cosa más. Libertad es un poema, un sueño distinto.
3 comentarios:
me encantó tu relato... aunque me encanta que la libertad no sea mas que sea efimera sensacion, sin letras pintadas, sin poemas... solo cosa de segundos
me encantó! sobre todo la primera línea... ya que yo soy pintora, y van gogh es uno de mis pintores a seguir. un beso. me quedo por más.
(...) escapar a los estados menos meridionales de la galaxia para hacer la revolución.
hacer revolución con las palabras :)
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